Entre los factores que determinan el resultado de una elección sobresalen dos: el candidato y el aparato político electoral. El candidato es tan importante que, en ocasiones, logra el triunfo a pesar del carácter marginal del partido que lo postula, como ocurrió en Jalisco con Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano; otras veces el candidato es tan fuerte que se apropia del partido, es el caso de Donald Trump y el Partido Republicano. La experiencia internacional nos muestra que cada vez son más los ciudadanos que sufragan por el candidato y no por el partido.
El consultor político ecuatoriano Santiago Nieto sintetiza lo que mueve al elector: “corazón” (¿inspira confianza o recelo?), “hígado” (¿se vota por resentimiento?) y “estómago” (¿ofrece o no respuestas a su aspiración de vivir mejor?).
Una de las estrategias que han empleado para sobrevivir tanto el Partido Verde como Movimiento Ciudadano ha consistido en postular candidatos populares, muchas veces de la farándula (artistas, ex reinas de belleza) o ex deportistas como Cuauhtémoc Blanco, que conectan con anchas franjas del electorado, aunque son una nulidad en el Legislativo y como gobernadores heredan desastres.
Pero, ¿qué hacer cuando la candidata que debería ser un activo en la campaña resulta un lastre? Sabedores de su presencia anticlimática, quienes conducen la estrategia de campaña de Claudia Sheinbaum procuran llevarla a foros controlados con militantes y acarreados, pero ni siquiera ahí es capaz de entusiasmar. ¿Qué explica esta condición? Su triste figura, la ausencia de espontaneidad, el sonsonete con el que pronuncia sus discursos, su incapacidad para construirse una identidad, los movimientos rígidos de sus brazos, su promesa de repetir las fracasadas políticas de este gobierno en seguridad, salud, educación y cultura. Claudia presume el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, la Mega Farmacia y el Banco del Bienestar… es decir, los tremendos fracasos que han llevado a tirar a la basura miles de millones de pesos.
El colectivo de los padres de los 43 (hoy 44 tras el asesinato de Yanqui Kothan) ha advertido que se presentará en algunas de las concentraciones de la candidata de Morena, como ellos, son muchos los sectores maltratados por el presidente López Obrador: las mujeres, los periodistas y los medios críticos, la Iglesia Católica, las comunidades académicas, los padres de los niños con cáncer…
Morena lleva ventaja en varios ingredientes que inciden en el resultado electoral: cuenta con enormes recursos financieros, políticos y judiciales; sus alianzas con los poderes fácticos, legales e ilegales; clientelas bien maiceadas, etc., sin embargo, en la competencia entre Claudia y Xóchitl hay un elemento que puede emparejar el piso: el obligado contraste entre una candidata fría, aséptica y otra cálida, con una trayectoria admirable, agilidad mental y una sonrisa espontánea.
Es cierto, los debates entre candidatos suelen no mover de manera significativa las preferencias electorales, pero hay una excepción: cuando uno de los candidatos se impone por nocaut.