En 2024, México vivirá el proceso electoral más grande de la historia: la elección de 20,375 cargos públicos. Es altamente probable que veamos a la primera presidenta al frente del Poder Ejecutivo. Se disputarán 8 gubernaturas y una jefatura de gobierno, además de la renovación total del Congreso Federal y los congresos locales en 31 estados. En 30 estados se votarán 1,803 presidencias municipales y alcaldías, 29 estados elegirán regidurías y 30 estados renovarán sindicaturas. En resumen, se realizarán elecciones federales y concurrentes en todos los estados del país.

La renovación de cargos en 2024 no se limita a puestos electorales. En diciembre, finaliza el mandato del ministro Luis María Aguilar Morales en la SCJN, abriendo la necesidad de designar un sucesor. La responsabilidad de proponer candidatos recae en la próxima presidenta, quien enviará una terna al Senado. Además, los ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, (febrero-26), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (diciembre-27) y Alberto Gelacio Pérez Dayán (diciembre-27) también concluirán sus periodos durante el siguiente sexenio, marcando una significativa transición en la Corte.

En este contexto me preocupa mucho cómo se está abordando el tema de la independencia judicial desde el Poder Ejecutivo y la precandidata Claudia Sheinbaum. Buscan cambiar el proceso de elección de ministros de la SCJN a uno de voto popular. Esta idea podría comprometer la imparcialidad de la Corte, favoreciendo aún más al partido en el poder. La propuesta se aleja de fortalecer la independencia judicial y no aborda algunas áreas de oportunidad de fondo respecto a la Corte, como su elevado costo y eficiencia limitada por la alta carga de trabajo. La elección popular no soluciona estas deficiencias clave, ni asegura una justicia pronta y expedita. Lo que sí puede suceder es que el Poder Judicial deje de ser un contrapeso a las decisiones del Poder Legislativo y Ejecutivo. Un escenario no deseable.

En este 2024, año de decisiones cruciales para México, deseo que todos los mexicanos ejerzan responsable y libremente su voto para construir un mejor país. Voten por quien quieran, pero háganlo sabiendo lo que representa ese voto.

Mientras esperamos a los Reyes Magos en nuestros hogares, les comparto mi lista de deseos: que los tres Poderes de la Unión respeten y acaten la Constitución, que el Ejecutivo cumpla con el principio de división de poderes y que el Legislativo tome su lugar como un verdadero contrapeso. Deseo que deje de judicializarse la política, que los intereses políticos actúen en sus propios campos y dejen de malgastar los recursos jurisdiccionales. Deseo que en el Congreso de la Unión y en los Congresos locales se logre una verdadera pluralidad de representaciones, de modo que no haya mayorías aplastantes que amenacen con alterar nuestra Constitución a su parecer. Deseo que defendamos la independencia judicial, estando abiertos al diálogo pero entendiendo la naturaleza y función de la labor jurisdiccional. Deseo que la Guardia Nacional sea de manera fáctica, en mandato y operación, verdaderamente civil y que las Fuerzas Armadas hagan un correcto uso de la fuerza, respetando los derechos humanos. Deseo que la prisión preventiva oficiosa

desaparezca de nuestro país, desde las leyes y Constitución, hasta de las vidas que han sido dañadas con su aplicación. Deseo que la interrupción legal del embarazo sea una realidad, accesible y segura en toda la Nación.

José Luis Nassar Peters, Abogado Penalista

@gueronassar

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS