Este miércoles 24 de abril representantes de las instituciones que forman parte del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) se dieron cita en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México para presentar el documento titulado Agenda Balance: Alternativas hacia la paz con reconciliación: propuestas desde el Sistema Universitario Jesuita. Se trata de una iniciativa que desarrolla alternativas para alcanzar la paz con justicia y reconciliación en nuestro país.

Decía Ignacio Ellacuría, jesuita y rector martirizado en El Salvador, que el talante de la actividad universitaria no puede ser el del conformismo frente a la realidad. Lo decía porque la universidad es una de las pocas instituciones que puede alzar una voz crítica ante la injusticia. Desde esa tradición, los jesuitas estimamos que el grado de justicia que existe en una sociedad sólo se puede medir prestando atención a la situación de quienes son más vulnerables.

La presentación de la “Agenda Balance” en la Ibero persigue dos objetivos: transformar la realidad actual y hacer frente a la normalización de la violencia que hemos vivido en los últimos tres lustros. Al poner a disposición de la sociedad esta publicación, las universidades que forman parte del SUJ quieren responder al dolor de tantas víctimas generadas en México este tiempo.

Desarrollada en formato de libro, la “Agenda Balance” ofrece un análisis multifactorial e interseccional de las violencias sociales, la seguridad ciudadana, el acceso a la justicia y la construcción de paz. Al mismo tiempo, aporta evidencia para problematizar por qué no hemos revertido plenamente la situación que padece México.

En el verano del año pasado, el SUJ le otorgó su Doctorado Honoris Causa a Francisco de Roux Rengifo, S. J., fundador del primer laboratorio de paz de Colombia e integrante de la Comisión de la Verdad de aquel país. Al ser recibido en la Ibero, este jesuita excepcional nos recordó que la búsqueda de la paz es siempre un acto de audacia.

Inspirados e inspiradas por este llamado a pensar más allá de las inercias que nos determinan, ayer miércoles también dimos a conocer la puesta en marcha de ReconciLab, nuestro laboratorio para la paz con reconciliación. Dicha iniciativa se nutre de la tradición espiritual propia de las universidades confiadas a la Compañía de Jesús. Es decir, de la búsqueda de la verdad, el respeto irrestricto a los derechos humanos y la promoción de políticas basadas en evidencia.

Con dicha iniciativa reiteramos nuestra preferencia por la seguridad ciudadana. Se trata de una preferencia que encuentra su punto de partida en nuestro compromiso con la democracia, el Estado de derecho y la subordinación del poder militar al poder civil. Por eso, esta perspectiva rechaza de entrada las políticas de “mano dura” impulsadas a lo largo de las últimas décadas en materia de seguridad y justicia.

Así, partiendo de estas coordenadas, el laboratorio busca demostrar que en nuestro México adolorido es necesario apostar por la justicia, no por el ajusticiamiento; por la verdad y la memoria, no por la impunidad; por la reconciliación y la construcción de comunidades igualitarias y pacíficas, no por la exclusión.

Desde las universidades jesuitas consideramos que sólo desde el rigor académico —al que no le debe ser ajeno una genuina empatía con las víctimas— podremos construir la esperanza de un México justo, reconciliado y en paz. En el marco del proceso electoral prestamos especial atención a las propuestas de las personas candidatas en este tema, mismo que debe ser prioritario.

Nuestro país no está condenado a que la violencia se vuelva un paisaje irremediable. Para edificar otro futuro, desde el SUJ nos comprometemos a contribuir con el pensamiento crítico característico de toda universidad confiada a la Compañía de Jesús. Estamos listos para iniciar la mesa de diálogo que México necesita.

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