La renuncia de mas de 200 candidatas en un solo estado del país no puede pasar inadvertida. Resulta que aspiraban a ser diputadas, regidoras, alcaldesas o síndicas en Zacatecas y se retractaron. Cuando el hecho llegó al radar del Instituto Nacional Electoral, las consejeras Carla Humphrey y Dania Ravel pidieron indagar si el hecho obedece a motivos de género y si la participación política de las mujeres se da en condiciones de seguridad y equidad.

El Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ) rápidamente aclaró en un comunicado que las renuncias no están relacionadas con la inseguridad y que solamente una se debe a violencia política en razón de género, pero la afectada decidió no presentar una queja de manera formal.

El gobierno de Zacatecas también se apresuró a asegurar en un comunicado que las renuncias no están relacionadas con la inseguridad. El secretario de Gobierno, Rodrigo Reyes, informó que no hay denuncias de violencia ni atentados contra candidatos; que solo tres han pedido protección y la han recibido.

¿Por qué renunciaron entonces? De acuerdo al IEEZ, la mayoría de las 217 candidatas que renunciaron lo hicieron por razones personales. El órgano electoral local detalló que algunas argumentaron haber sido registradas sin su consentimiento, otras dijeron no tener tiempo, y otras más no tener interés en el proceso.

Me van a disculpar, pero no lo creo. Las razones que esgrimen resultan inverosímiles. Zacatecas tiene unos niveles de violencia terribles, por encima del promedio nacional. De acuerdo al Inegi, es el segundo estado con mayor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes (solo superado por Colima). Grupos criminales se han disputado el control de esa entidad estratégica, rodeada de ocho estados y bien comunicada con la frontera norte.

Por otro lado, no es un lugar que se caracterice por proteger a las mujeres. Aún está muy fresco en la memoria lo ocurrido el 8 de marzo pasado, cuando al menos 15 jóvenes fueron agredidas y detenidas por policías al terminar la marcha del 8M contra la violencia de género. Detuvieron a una periodista y golpearon a otra, todo ante la presencia de representantes de la Comisión de Derechos Humanos del Estado. Zacatecas dio la nota al convertirse en la única entidad en que hubo represión en el Día de la Mujer.

A eso hay que sumar lo que está ocurriendo por todo el país en este proceso electoral: más de 150 ataques a candidatos, 30 aspirantes asesinados y un número creciente de amenazas y actos de intimidación. Estamos hablando de las campañas mas violentas de la historia.

Con este contexto, ¿pretenden que creamos que 200 mujeres cambiaron repentinamente de opinión sobre sus aspiraciones políticas? ¿Sugieren que se trata entonces de un puñado de indecisas, volubles e irresponsables? Me resisto a creerlo. Todo indica que lo que hay detrás es miedo; algo comprensible en esta realidad en la que el Estado no es capaz de garantizar seguridad. Con estos niveles de violencia impune, el miedo es precaución. Tristemente hoy en México las urnas no están aún listas para depositar el voto, pero ya han tenido que estarlo para depositar las cenizas muchos candidatos.

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